
La frutilla agroecológica se distingue por su aroma dulce e intenso, su textura firme y jugosa, y su sabor equilibrado entre lo dulce y lo ácido. Su color rojo brillante es señal de madurez natural y de un cultivo que respeta los tiempos de la tierra. Desde lo nutricional, es una fruta liviana, hidratante y rica en antioxidantes, ideal para incorporar en desayunos, meriendas o postres saludables. Aporta: Vitamina C: esencial para fortalecer el sistema inmunológico y favorecer la producción de colágeno, contribuyendo a la salud de la piel y los tejidos. Antocianinas: pigmentos naturales que le dan su color característico y poseen potentes efectos antioxidantes y antiinflamatorios. Ácido fólico (vitamina B9): importante durante etapas de crecimiento y para la regeneración celular. Fibra dietaria: que mejora la digestión y ayuda a mantener la saciedad. Manganeso y potasio: minerales que contribuyen al equilibrio electrolítico y al funcionamiento muscular y nervioso. Ideal para consumir fresca, en licuados, smoothies, tartas, ensaladas de frutas o como snack natural. También puede conservarse en compotas o congelarse para disfrutar fuera de temporada. Estas frutillas fueron cultivadas bajo prácticas agroecológicas, sin uso de agrotóxicos ni fertilizantes sintéticos. Provienen de un modelo de producción sustentable que prioriza la salud del suelo, la biodiversidad y el bienestar de las personas que producen y consumen. Asociación 1610, Florencio Varela

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